La luz, el aire y el pensamiento
Cuando en la noche te envuelven
las alas del tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho
diera alma mía cuanto posea:
¡La luz, el aire y el pensamiento!
Gustavo Adolfo Bécquer
Cuando en la noche te envuelven
las alas del tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho
diera alma mía cuanto posea:
¡La luz, el aire y el pensamiento!
Gustavo Adolfo Bécquer